A veces creo que mis amigas opinan que soy tonta. SI HOMMMBRE, PUES TU MÁS. Puede ser (y solo puede) que a veces lo parezca porque no he entendido lo que me han contado y me lo tienen que repetir unas cuantas veces. Pero lo que pasa en la realidad de la vida, es que me importa un pito lo que me están contando y aunque me lo cuenten otra vez, como me parece una chorrada, sigo sin escuchar.
UOOOOOOOOOO neeena tu autoestima contra el sueeeeeeeeelo neeena.
Y no solo eso, OJO, sino que además soy TAN inteligente que me pongo a pensar en mis cosas. De ahí que a veces me estén contando algo serio y sin venir a cuento me ría cuando claramente no tiene ninguna gracia. Perdonadme amigas, «C’est la realité de la vie».
¿Qué horror cuando te ríes solo? Me pasa siempre y es muy triste. Triste no es la palabra porque me lo paso bastante bien. Dejémoslo en penoso.
No sólo creo que lo piensan porque me lo digan, que también (hole Merie), sino porque a veces se marcan unas excusas que hacen que me salte un radar que dise:
TSE, TSE, TSE, TSE. A mentir a tu casa, MUCHAHCHA (como si fuéramos de pueblo: MU-CHAHH-CHAH).
De verdad, no puedo entender cómo puedes hacer que una excusa deje que te ridiculice de tal manera. Creo que tu imaginación te está jugando una mala pasada e igual deberías plantearte fumarte un porro a ver si te inspiras. Como los guionistas de “La que se avecina”, que aparte de darle al porro le daban al drinking. Así yo también curro, no te jaaaaade.
Seguramente a medida que vamos haciéndonos mayores y tenemos más responsabilidades (qué pereza) no hace falta poner excusas a la people, porque todo el mundo entiende que tenemos una vida y por tanto cosas que hacer. Osea estoy súper ocupada. DO NOT DISTURB FOREVER AND EVER. No obstante, las excusas siempre estarán ahí (no seamos cínicos: benditas excusas) y muchas veces son tan malas que se convierten en la mentira más grande del planeta.
Excusas para no ir a una quedada de amigas
Excusas después de la quedada para justificar la ausencia de la que nadie se ha percatado:
El caso es que a mi realmente lo que me come por dentro es el afán que tiene la gente de excusarse.
AQUÍ QUE LA GENTE QUE HAGA LO QUE LE DA LA GANA.
¿Qué problema tiene la gente con decir las cosas? Yo es que no lo entiendo. No entiendo porque la gente no dice la verdad, oye mira no me apetece ir a una cena de 20 niñas porque al final sólo voy a hablar con 1, y para eso me quedo en mi casa. El día que quedemos 4 y me pueda comunicar con las tres me lo planteo. Pero gastar por gastar NO, porque 30 euros son entre 5-10 copas, y la crisis es la crisis. COSTE DE OPORTUNIDAD de toda la vida de dios, que me lo enseñaron a mí en una clase de economía en el cole de pequeños.
En fin, está claro que yo soy de una raza aparte. Siempre lo supe.
Lo que más me gusta es, cuando sé que me están mintiendo, preguntarles sobre el tema face to face. LAS COSAS A LA CARA, VALIENTE. Se tocan el pelo, tartamudean, sueltan un “es que justooo”, evitan el contacto visual (looking to you), se ponen más rojas que la suela de un zapato de Louboutin, evitan el tema y/o intentar pasar a otro directamente, seguramente se toquen la nariz y/o la boca, se pone nerviosas, empieza a hablar un poco más deprisa de lo normal…
En fin, que te he pillao y no passsssssssa nada, yo no te voy a juzgar. Solo que la próxima vez que me mientas….
Y dicho esto, quiero dejar claro que a la próxima que alguien me ponga una excusa muere PERO que si yo me gasto el dinero a primeros de mes, que sus nadie me diga mah ná, porque yo soy un alma libre y hago lo que me da la gana.
Y ahora es cuando todos juntos me decís: OLÉ TU.
Paz nenes.