PARTE II
Quien haya dicho que las segundas partes nunca fueron buenas. Morirá tras leer este post. O no.
6. El mítico “Ahora vuelvo”
A veces cuando tienes pareja y eres un pillín, de repente estas con tus amigos en una fiesta o copas y sin saber cómo… te entra el calentón. La gente como suele ir con alguna que otra copa demás ni se entera de que dicha parejita “is gone missing”. En realidad, si os murieras también les daría completamente igual. Pero de repente siempre hay un listo que se da cuenta, baja la música y grita:
“EHHHHHHHH, CAAALLAAARSEEE ¿Ande están Pepito y Pepita e? ¡Se han ido a jugar a las cartas! UUUEEEEE”
A lo que el resto se mea de la risa durante, aproximadamente, medio segundo y sigue a lo suyo. Porque no le importáis a nadie.
Independientemente de que la parejilla este procreando en la cocina o teniendo la mayor bronca de su relación… para el resto habrán echado el mejor polvo de su vida. Y da igual. Como si les mata un asesino misterioso, que el resto va a seguir pensando que están haciendo lo que todos querrían estar haciendo. Y así son las cosas. Que con polvo o sin polvo “pal” resto, hay polvo.
7. Cotillear el Facebook de todo mundo.
Maldigo el día en que Facebook aparece en nuestras vidas y se hace dueño de ellas. Pero gracias a él sabemos la vida de todo el mundo, hasta de gente que nunca jamás nos han presentado (o sea no me creo que no le conozcas). Sabemos quiénes son sus amigos, a que colegio ha ido, donde ha estudiado, en qué sitios a trabajado, si está o no soltero etc. También podemos saber sus gustos musicales y sus gustos a secas. Con Facebook lo sabes TODO. Facebook SÍ que es el ojo que todo lo ve.
El problema es que tenemos toda esa información de gente que en realidad no nos importa y lo peor de todo es que empiezas cotilleando a una persona y acabas en el Facebook de una china que vive en Nueva York. Siempre pasa, pobre china. Te dices a ti mismo “me meto sólo diez minutos a ver si tengo algo”. Mis pelotitas. Cuatro horas después sigues frente al ordenador y te has enterado de la vida de una media de 1.500 personas.
8. Los machos ibéricos: Rascaros y/o tocaros el miembro de oro.
Normalmente soléis tener muchísimo cuidado para tocároslo, ya que no es muy agradable que lo vean las féminas (y a las féminas, siempre hay que tenerlas contentas… wroar). Por ello, soléis meteros la mano en el bolsillo del pantalón, taparos con la capeta, poneros detrás de alguien, ir al baño etc. Pero cuando estáis solos es toda vuestra. “Mi tesoro”.
De hecho, lo primero que hacéis al levantaros (cuando la tenéis casi igual de alta que la torre Eiffel, o no) es tocárosla. Que si pin, que si pan, que si pinpan.
A CO JO NAN TE.
Luego obviamente viene el momento en el que se lo “tocan” o “rascan” tanto que acaban teniendo un final feliz. O sea, que asco tía, súper fuerte.
9. Explotarte granos, espinillas o puntos negros. Lo que tú quieras guapo.
Esos pequeños intrusos que se suelen concentrar en la cara y que hacen que te asemejes a una paella valenciana. A esos hay que eliminarlos. Pero claro, no lo puedes hacer en plena calle pero sí cuando estás en tu casa frente a un maravilloso espejo. Te los quitas todos, o al menos lo intentas, y cuando terminas parece que te ha salido una alergia y que vas a morir de Lepra o algo parecido. Te marcas una costra de cinco metros de profundidad y 7 metros de ancho. Tal cual. ZAS en toda la cara.
10. Cantar en la ducha
Esto es una injusticia para toda aquella persona que pase por delante en el momento que este cantico demoniaco este sucediendo. Nos creemos que somos cantantes internacionales y que estamos en pleno festival de eurovisión. No sé porqué fenómeno extraño consideramos que nuestra voz en la ducha es celestial y encantadora. Así que decidimos dejarnos los pulmones y cantar a grito “pelao”. Como si no hubiera mañana, sin miedo a que los cristales del cuarto de baño exploten y nos corten sin piedad nuestra aterciopelada o peluda piel. Dependiendo de quien este cantando.
Pero ya no es el volumen de la canción lo que me asombra sino el tipo de canción que escogemos. Suele ser pastelosa, antigua, pereza… algo así como: “Give me baby one more time” o “A mi manera”. No somos nadie.
Y hasta aquí mi post del día. Paz nenes.
ALGUNAS CORRECCIONES DEL POST ANTERIOR
No sabe. No contesta.