PARTE I
A todos nos gusta salir y estar con nuestra familia o amigos tomándonos el “aperi”, saliendo a dar por saco en las manifestaciones diarias, “tomar el congreso” como signo de rebelión o asaltar un supermercado para hacer frente a la crisis. A menos que: no tengas familia y amigos y, por tanto, no te quede más remedio que realizar todo lo que escribiré de ahora en adelante. So sorry.
Cuando nadie nos ve (o al menos creemos que nadie lo hace) nos convertimos en Carmen de Mairena. Hacemos cosas que en público jamás haríamos. Bueno yo sí, pero la gente normal con dos dedos de frente, guapa, lista y de Icade no. Este tipo de cosas suelen ser de mala educación (o sea como te atreves), de mal gusto (o sea que fuerte) o de mala gana (o sea eres Lucifer).
Este post sacará a la luz virtual todas esas cosas que yo he visto hacer a gente creyendo que no les estaba viendo… pobres ilusos.
¿Acaso soy el ojo que todo lo ve? Nunca lo sabréis. Uajajajaja.
Estos cochinotes se sacan la comida de manera disimulada o bien con los dedos o con la servilleta. Posteriormente miran el trozo de comida con una expresión de susto o miedo preguntándose algo así como “¿Con la buena pinta que tenía, porqué me sabe a amoniaco? ¿Acaso es carne de unicornio lo que tengo entre mis manos?” (Dais asco). Luego proceden a eliminar la prueba del delito de la siguiente manera:
– Tiran el trozo de comida al suelo rápidamente para que se desintegre con el tiempo. Esto es una soberana soplalbóndigas porque todos sabemos que la filipina de tu amigo lo va a recoger llorando por no haberte gustado su comida. Si en cambio es verano y estas al aire libre eres un desagradecido porque seguramente haga bueno, la gente esta descalza y la pise con sus pies. Canalla. Que cuando te vea te mato.
– Le dan al perro la comida sabiendo que va a desaparecer. Lo que no saben es que el perro tiene 12 años, es celíaco, sólo puede tomar un pienso pedigree traído desde las islas Caimán, es alérgico a lo que tú estabas comiendo y vas a ser el culpable de su muerte. Asesino mata perros.
– La esconden en el uniforme. Esto me parece lo peor, de lo peor, de lo peor, de lo peor (o sea, eres Lucifer). Cogen los muy guarros, se sacan la comida y la meten dentro de la servilleta blanca de papel de merca Madrid. Pero, en vez de ir al baño y deshacerse de ella, van y ser la meten en: el bolsillo del pantalón, el calcetín, entre las medias y la camisa, en la manga del jersey o en el bolsillo de la camisa si es que tiene. Para cuando lleguen a casa su ropa se habrá convertido en un ente grasiento que hable por sí sólo y diga: “Hola me llamo coliflor y soy claustrofóbico”.
No sé si era un día de resaca donde le abundaban los mocos duros, si tenía catarro o si pretendía encontrar el tesoro de piratas del Caribe dentro de los orificios de su propia nariz. Pero yo lo he visto. Lo peor es que luego ¿Dónde dejan el moco? ¿Acaso va conduciendo con un mosaico de mocos en diferentes tonos verdes y marrones en el volante? Seguro que más de uno lo pega en la parte interior de la puerta del coche o en el asiento en el que va sentado. Pero eso en el caso de que esté conduciendo y parado en un semáforo. Pero la gente lo hace en cualquier circunstancia: en casa, en el baño, andando por la calle, mirando al suelo (esto es clave para que no te vean) etc. O sea muy fuerte.
Cualquier tía que no admita haber hecho esto al menos 10 veces en su vida es una mentirosa, hija del mal, que seguramente no sepa bailar y se ponga vídeos de “batuka” en youtube para no hacer el ridi cuando salga. Pringada.
Absolutamente TODAS hemos hecho esto y yo, la que más. Literalmente somos Hugh Grant en Love actually y…no es broma. Nuestra habitación se convierte en un escenario dónde nuestros fans gritan nuestro nombre y dan palmas al ritmo de la música. A otras ya se les va un poquito la pinza y se ven a sí mismas en un escenario, con un grupo de gente de mujeres hombres y viceversa bailando junto a ella mientras le grita al público “VAMOOS MAAADRIIID”. ¿A que sí mi niña? Yo también me lo paso teta.
P.d. Odi de mayor quiero ser como tú. Paz nena.
Hay veces que no tienes tiempo para darte una ducha. Se alinean los planetas, el canal de Isabel II se muere, te gusta oler a choto, a tu novio le gusta que huelas a él cuando termina de hacer deporte… lo que sea.
Hay veces que, creyendo que hueles a rosas, te crees que puedes pasar desapercibida un día más con el famoso “lavado a la francesa”. Como muchos sois súper limpios (o sea) y cabe la posibilidad de que no sepáis de que estoy hablando… os lo voy a explicar. Esto consiste en lavarte con agua y jabón las axilas de manera que no te huela “la sobaquina”. Mala suerte la tuya si ese día después de mil millones de años por fin vas a jugar a las cartas y tu pobre amante se da cuenta de que tu cosita huele peor que una almeja del siglo tres antes de Cristo. Pedazo de Pamela Anderson… ¡anti-higiénica!
Como es eso de “Yo si viviera sola comería a base de pollo, pavo y quesos”. Mira, mentirosa de la cosa que te sale por el ano, si vivieras sola, aparte de convertir tú casa en un burdel, lo único que comerías seria comida basura traída por un inmigrante en motorbike. Insincera. Que todos sabemos que antes de cocinar nos volvemos adictos a las conservas y a las latas que antes de nuestra soledad ni sabíamos que existían. ¡Viva los restaurantes a domicilio! ¡VIVA!
Y hasta aquí mi post del día. Paz nenas.
ALGUNAS CORRECIONES DEL POST ANTERIOR
Gone missing.