Hoy voy a hablar de una frustración que tengo desde hace un tiempo. Estoy muy triste con este tema y debo desahogarme para no morir en mis propias lágrimas que valen millones en el mercado negro.
Cuando yo era joven tenía el pelo largo, rollo Rapunzel. Incluso llegué a tenerlo por debajo de mis no-grandiosos pechos. Por desgracia, de esta época ya nadie se acuerda porque como también era gorda, sólo se acuerdan de mis lorzas; que podrían haber alimentado a medio África en el caso de haberme hecho una liposucción. Qué maravilla.
Tener que escuchar a estas alturas de la vida comentarios del tipo de: “Tú no has tenido el pelo largo en tu vida” hace que coja el móvil y, mientras digo un “in your face” que me deja como dios, enseño esto:
Luego ya en mi mente se me ocurren contestaciones asesinas del tipo de “tu caya que tu madre no uso condón y al enterarse de que estaba embarazada se tiró por las escaleras a ver si te mataba”. Pero cuento hasta tres y digo lo del móvil, que es mucho más polite.
El caso es que llegó un momento de mi vida en que decidí cortar por lo sano. Y luego lo típico que lo mantuve más o menos igual durante otros 3 años. En fin, este periodo no se cuenta nada. Como el típico chiste que a nadie le hace gracia y todo el mundo se queda como:
Un día, movida por todos estos anuncios de mujeres fue-ra-de-lo-normal con pelos brillantes, sanos, casi comestibles, que mueven el pelo en plan “wasss, wasss, wasss”… decido dejármelo largo. Como si a mí me fuese a quedar igual. Miss Pobre Ilusa 2010, 2011, 2012, 2013, 2014 & 2015.
Una vez tomada esta súper decisión en la vida, no hago lo que haría cualquier hembra de la faz de la tierra, que sería no cortarse el pelo en años. So guarras. Yo en cambio, como soy especial (Especiaaaaaaaaal) me metí en internet a hacer un máster en productos crece-pelo. Como diría mi madre “Annnne, un día te van a timaaaaaaar, que de las cosas del internet no te puedes fiaaaaaaaar”. Memememememe. Bola de chantaje emocional “¿Qué pasa mamá, no confías en mí?”.
Por supuesto no iba a comprarme cualquier cosa. Así que acabé comprando unas pastillas de IT-GIRL que usaban colegas del palo de Kim Kardasian u Olivia Palermo entre otras. Ossssea hellooooooooooooo: ww.quiénmecreo.com
El pelo crece, crece y crece y consigo tener un pelo decente después de tanto esfuerzo. Olé yo y la pasta que me dejé en esa estupidez. No contenta con mi inversión, decido seguir invirtiendo en unas mechas californianas que es lo que se lleva. Como si me sobrara la pasta. A lo Lomana: “Perdone, ¿Se puede pagar con lingotes? Haha”. Putos pobres.
Para más inri, no voy a una peluquería normal, no. Sino que voy a una peluquería en Chueca con paredes verdes lima, espejos con marcos de leopardo, secadores rosa fucsia, toallas neon y personal de orientación liberal con camisa de palmeras hawainas. Eso es tenerlos cuadrados y lo demás son tonterías.
Dentro de mí ser, ya notaba yo un algo que me decía que estaba jugando a un juego peligroso. Pero bueno, la confianza es la confianza y yo confíé en una amiga. Ahora ex amiga por la que me lió y, por supuesto, por su nombre; Sheila, que no tiene desperdicio.
Me tiñen, me lavan, me secan y…. BABOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOM. Dónde está Carla Duval y porqué me parezco a Lady Gaga.
Pelo mitad normal, mitad amarillo-pollo-medio tirando a blanco platino. Más seco que la mojama, cual estropajo de 4 años de antigüedad, que lo tocabas y te hacías una raja en el dedo que ni con 40 puntos cicatrizabas eso. APOTEOSICO.
Arde Troya, escupo fuego por la boca, me convierto en lucifer, intento irme sin pagar por marcarse una obra de no-arte sin permiso y les denuncio al aire, que es el único que realmente me escucha.
Llego a casa llorando como si no hubiera mañana y pido socorro como si tuviera 3 años:
Briten: “Mamaaaaaaaaaaaaaaaaaa, mira lo que me han heeeeeeeeeeechooooooooooo”.
Mami Briten: “Eso lo soluciono yo en un segundo hija, vamos a cortarte las puntas para que no se note tanto”.
Y QUÉ LE PASA A LA GENTE CON EL CONCEPTO “CÓRTAME LAS PUNTAS” ¿eh? A ver, ¿qué está pasando aquí? Las puntas son las puntas de toda la vida de dios, y si te pido que me cortes las puntas no te vengas arriba y me dejas sin melena “wass-wass”, que llevo AÑOS esperando su largura infinita. Las puntas son TAN las puntas que después de cortar debería parecer que no me he hecho nada en la peluca. ESO SON LAS PUNTAS. Y quien diga lo contrario morirá electrocutado en una casa encantada poseído cual Emily Rose.
Por su puesto mi madre se lo pasó por el forro y 15 minutos después, al grito de “ya está”, me miro en el espejo y veo mi tercer cambio de look en lo que va del día. No sé como describirme a mi misma sin ridiculizarme, porque es científicamente imposible.
To make the story short: ¿Os acordáis flautista de Hamelin?
PUES SU CLON.
Paz nenes